El uso de ADCs de 24 bits asegura que no haya pérdida de datos ni interferencia de ruido durante la transmisión y el almacenamiento. Los datos de los sensores analógicos se modifican en señales digitales de alta resolución y los contadores de calor actúan como dispositivos digitales. La interfaz digital proporciona una integración más fácil con análisis de grandes datos en la nube, lo que permite estimar tendencias y predecir fallas. A través de puertos web y APIs, los usuarios pueden recuperar los datos históricos de la ciudad inteligente, lo que ayuda a tomar decisiones basadas en datos como parte de los sistemas de automatización en la infraestructura de la ciudad.